Chemsex: una alarma silenciosa en la salud pública
El término «chemsex» se refiere al uso de drogas psicoactivas durante encuentros sexuales para prolongar el placer, aumentar la excitación o desinhibir a las personas involucradas. Este fenómeno ha ganado visibilidad en los últimos años, especialmente en contextos de encuentros sexuales entre hombres que tienen sexo con hombres (HSH), aunque no es exclusivo de este colectivo.
A continuación, exploraremos qué es el chemsex, qué drogas suelen estar implicadas, los riesgos asociados y las respuestas de salud pública ante esta práctica.
¿Qué es el Chemsex?
El chemsex combina el uso de drogas con la actividad sexual, generalmente en encuentros que pueden durar varias horas o incluso días. Las sustancias utilizadas en el chemsex buscan intensificar la experiencia sexual, reducir la inhibición y prolongar la actividad sexual, creando una experiencia de «euforia sexual» difícil de obtener en circunstancias normales.
El chemsex puede ocurrir en entornos privados, como hogares, o en lugares públicos, como clubs o saunas, y a menudo está facilitado por aplicaciones de citas o redes sociales específicas para encuentros sexuales. El acceso a drogas en estos contextos ha generado un espacio donde los encuentros sexuales y el uso de sustancias psicoactivas se entrelazan.
Drogas Comúnmente Asociadas con el Chemsex
El chemsex se caracteriza por el uso de determinadas **drogas psicoactivas** que tienen efectos específicos sobre la libido, la energía y el placer. Las sustancias más comúnmente utilizadas incluyen:
– GHB/GBL (gamma-hidroxibutirato): Un depresor del sistema nervioso central que, en pequeñas dosis, puede inducir una sensación de euforia y relajación. Sin embargo, el GHB tiene una ventana terapéutica muy estrecha, lo que significa que la línea entre una dosis recreativa y una sobredosis es muy fina.
– Metanfetamina (cristal meth): Un estimulante poderoso que aumenta la energía, disminuye la fatiga y potencia el deseo sexual. No obstante, su uso prolongado está asociado a altos riesgos de dependencia, deterioro cognitivo y comportamientos de riesgo.
– Mefedrona: Un estimulante que provoca sensaciones de euforia y un aumento en la sociabilidad y deseo sexual. Su uso continuado puede provocar paranoia, ansiedad y problemas cardiovasculares.
– Ketamina: Un anestésico disociativo que puede provocar alucinaciones, y en contextos de chemsex se usa para intensificar el placer sexual y la desconexión de la realidad. Aunque es menos común en este contexto, su uso puede incrementar el riesgo de conductas sexuales de riesgo debido a la pérdida de inhibición.
Riesgos Asociados al Chemsex
El chemsex plantea riesgos graves para la salud física y mental debido a una combinación de factores: las drogas implicadas, las largas sesiones de sexo, y las prácticas sexuales sin protección que suelen acompañar estos encuentros. A continuación, se destacan algunos de los riesgos más comunes:
1. Infecciones de transmisión sexual (ITS): El consumo de drogas durante el chemsex puede desinhibir a las personas y reducir la probabilidad de usar protección como preservativos, aumentando el riesgo de contraer ITS como el VIH, la sífilis, la gonorrea y la hepatitis C.
2. Sobredosis y envenenamiento: Algunas de las drogas utilizadas, como el GHB, tienen un alto riesgo de sobredosis debido a la dificultad de dosificar correctamente. Además, la mezcla de diferentes sustancias puede potenciar los efectos adversos.
3. Problemas de salud mental: Las drogas como la metanfetamina y la mefedrona pueden provocar ansiedad, paranoia, psicosis y depresión. El uso repetido en contextos de chemsex también puede contribuir a la dependencia psicológica y a trastornos mentales.
4. Fatiga y agotamiento: Las sesiones de chemsex suelen ser prolongadas, lo que lleva a la fatiga extrema y la deshidratación. Esto puede afectar gravemente al sistema inmune y físico, haciendo que la persona sea más vulnerable a infecciones.
5. Dependencia y abuso de sustancias: La sensación de euforia extrema y la asociación del placer sexual con las drogas pueden llevar a un uso repetido y problemático de estas sustancias, lo que con el tiempo se convierte en una adicción.
Factores Sociales y Psicológicos
El chemsex no es solo una cuestión de consumo de drogas, sino que también está relacionado con factores psicológicos y sociales. En algunos casos, las personas recurren al chemsex para lidiar con la soledad, la depresión, la ansiedad o el estigma relacionado con su identidad sexual. En comunidades HSH, donde el chemsex ha sido más documentado, las experiencias de discriminación o rechazo pueden llevar a algunas personas a buscar el alivio temporal que proporcionan las drogas.
También es común que el chemsex sea facilitado por aplicaciones de citas, donde las drogas y el sexo se han normalizado en algunos círculos, lo que puede aumentar la presión social para participar en estas actividades.
Respuestas de Salud Pública y Tratamiento
El chemsex ha captado la atención de los profesionales de la salud pública debido a los riesgos asociados y su impacto en la salud de las personas. Se están implementando diferentes enfoques para abordar este fenómeno:
1. Programas de reducción de daños: Estos programas buscan minimizar los riesgos asociados al chemsex al proporcionar información sobre el uso seguro de drogas, acceso a kits de reducción de daños, y la promoción del sexo seguro mediante el uso de preservativos y la PrEP (profilaxis preexposición para el VIH).
2. Apoyo psicológico y tratamiento de adicciones: Los servicios de salud mental están empezando a ofrecer terapias específicas para personas que practican el chemsex, ayudándoles a lidiar con problemas subyacentes como la depresión, la ansiedad y la dependencia de sustancias.
3. Campañas de sensibilización: Estas campañas tienen como objetivo informar a las personas sobre los riesgos del chemsex y promover un enfoque más consciente y seguro hacia el consumo de drogas y el sexo.
4. Acceso a pruebas rápidas de ITS: La detección temprana de infecciones de transmisión sexual es clave para prevenir su propagación. Se están implementando más puntos de acceso a pruebas rápidas y servicios de asesoramiento en entornos comunitarios donde el chemsex es más común.
El chemsex es un fenómeno complejo que involucra el cruce de dos áreas sensibles: la sexualidad y el consumo de drogas. Si bien puede proporcionar experiencias de placer extremo, conlleva riesgos significativos para la salud física y mental. Las respuestas de salud pública están evolucionando para abordar estos riesgos y ofrecer apoyo a quienes participan en estas prácticas, buscando no solo reducir los daños, sino también abordar las razones subyacentes por las que las personas recurren al chemsex.
Es esencial continuar el diálogo y aumentar la conciencia sobre este fenómeno para crear un entorno en el que las personas puedan acceder a la ayuda que necesitan, tanto para su salud sexual como para el bienestar general.